Juzgar a los demás: algo habitual
Es habitual juzgar a los demás. Pese a
que no nos gusta que nos juzguen de manera incorrecta, es habitual
juzgar a otras personas todo el tiempo. Nos juzgan y juzgamos
constantemente, incluso muchas veces sin darnos cuenta del daño que hacemos.
Lo peor de todo es que pasamos tanto tiempo juzgando a los demás, que
muchas veces no invertimos el tiempo necesario en mirarnos a nosotros
mismos y reconocer nuestras propias limitaciones.
Para entender las causas de por qué
juzgamos o criticamos a los demás, los científicos llevan tiempo
investigando que zonas del cerebro actúan cuando lo hacemos. La
neurocientífica Rebecca Saxe, una investigadora especializada en el análisis de las bases neuronales y psicológicas de la cognición social del Instituto de Medicina de Massachussets,
encontró que existe un área concreta del cerebro que se activa cuando
tratamos de entender por qué los otros actúan como actúan. Este área se
llama “unión temporoparietal”, y se encuentra entre el lóbulo temporal y el lóbulo parietal del cerebro. Al parecer, esta región juega un papel fundamental en los procesos de distinción entre el yo y los demás.
Por otro lado, un estudio curioso publicado en Trend in Cognitives Sciences,
afirma que los ciudadanos valoran las intenciones de una persona y le
atribuyen una determinada personalidad o carácter basándose en gran
medida en los rasgos de su cara. De esta manera, sostienen que la gente tiende a tomar importantes decisiones, desde votar a un político a culpar o juzgar a alguien sin conocerle, basándose en elementos tan arbitrarios y sutiles como los rasgos faciales.
10 razones para no juzgar a los demás
Ya que juzgar a los demás de manera
equivocada puede hacer daño, en el artículo de hoy os damos unos
consejos de cómo no juzgar a los demás:
1. Piensa antes de actuar
Muchas veces nos dejamos llevar por lo
que nos dicen las apariencias externas y otras veces nos dejamos llevar
por corazonadas. Es importante que nos paremos unos segundos y
analicemos bien la situación. Si vamos a juzgar a alguien, que sea con
todas las pruebas sobre la mesa.
2. Practica el Mindfulness
El Mindfulness
es una terapia de tercera generación que se basa en técnicas nacidas
del budismo. Pero el Mindfulness, lejos de ser una técnica, es una
filosofía que tiene como premisa: “no juzgar a los demás ni a uno
mismo”. Está demostrado que adoptar una actitud de compasión y de “no
juzgar, afecta de manera positiva al bienestar de la persona que
practica esta filosofía.
3. Nadie es perfecto
Intenta ser más tolerante con los demás.
Puede que no apruebes algo de que alguien ha hecho, pero a no ser que
sea algo horrible, vive y deja vivir. Todo el mundo se equivoca, no es
bueno juzgar a los demás porque pienses que tú lo harías de otra manera.
4. Recuérdate que no todos somos iguales
Siguiendo con el punto anterior, no todo
el mundo es igual. La cultura, la familia, los amigos, la educación que
recibimos, todos tenemos una historia diferente que contar. Solo porque
a ti no te guste algo no significa que esté mal.
5. Mírate a ti mismo
Si en vez de pasar más tiempo juzgando y
criticando a los demás, pasas más tiempo observándote a ti mismo, te
darás cuenta de que tú tampoco eres perfecto. Si entiendes que todos nos
equivocamos, es posible que seas más tolerante con los demás.
6. Siéntete bien contigo mismo
Cuando somos capaces de entendernos
mejor y aceptar tanto nuestras virtudes como nuestros defectos, no
solamente desarrollamos una mayor compasión hacia nosotros mismos sino
también en general hacia los demás.
7. Dice mucho de ti
Ser una persona con una mente abierta y tolerante dice mucho de ti. Mostrar una actitud positiva hacia los demás te hace grande.
8. Piensa que las apariencias engañan
Pensar u opinar sobre alguien, tanto
para bien como para mal, sin saber absolutamente nada de él, sin
conocerle, sin darle una sola oportunidad, está mal. Hay que tomarse un
tiempo para conocer bien a las personas antes de emitir juicios sobre
ellas.
9. Recuerda que juzgar puede hacer daño
A nadie le gusta que le juzguen de
manera incorrecta. Si no te gusta que te lo hagan a ti, no se lo hagas a
los demás. Es la regla de oro y todos deberíamos respetarla.
10. No siempre tienes la razón
Al juzgar a los demás, aunque creas que
posees la verdad absoluta, eso no es cierto. Las cosas suceden por
muchas causas y muchas veces no sabes ni la mitad de la historia. Por
ejemplo, puede ser que conozcas a una chica atractiva y que tenga una
actitud fría hacia ti. Es posible que haya tenido una experiencia en el
pasado que le hace ser más precavida a la hora de conocer chicos. Si la
juzgas como una persona desconsiderada, es posible que te estés
equivocando.
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